Desde el comienzo de los más antiguos principios de la medicina higienista, se conoce que poseemos una función interna, natural y ancestral, donde el organismo humano tiende a curarse a sí mismo.
A lo largo de la evolución del hombre por millones de años, se ha venido sufriendo periodos de importante escasez de alimento, además de condiciones climáticas hostiles. Los homínidos generaron una importante adaptación a las circunstancias lo que le han convertido en un ser biológico versátil, capaz de realizar extenuantes exigencias físicas y sacar provecho de ello, quedando registrado en sus genes estas ventajas adaptativas (gen ahorrador).
A lo largo de la evolución, estos periodos alternantes de inanición (restricción calórica) y saciedad pendulantes, desarrollaron una flexibilidad metabólica capaz de tolerar la escasez de alimentos.
El Ayuno Terapéutico es una herramienta clínica (practicada de manera voluntaria, consciente, limitada en el tiempo y con medición de marcadores de seguimiento), en busca de su beneficio. Consiste en la restricción calórica prolongada (evitar la ingesta de alimentos durante períodos de al menos 24-48 horas) para provocar la AUTOFAGIA (proceso de rehabilitación metabólica)
Lo han practicado de manera voluntaria a lo largo de la historia órdenes religiosas, en búsqueda de la limpieza física y espiritual y protestas políticas. Y de manera involuntaria en período de hambruna, guerra y en caso de enfermedad.
La restricción calórica es el único método validado para prolongar la vida en cualquier especie.
Existen diferentes modalidades de entrar en las fases de restricción calórica. Se hace necesario una restricción calórica prolongada durante el tiempo suficiente para acabar con nuestras reservas de glucógeno del hígado, elevando el nivel de cuerpos cetónicos en sangre.
Es un proceso ancestral de la especie humana y algunos otros animales (hibernación) llevado a cabo a lo largo de toda la evolución, por tanto natural y seguro (siempre que limitemos el periodo de tiempo de manera personalizada).
Lo pueden practicar todas las personas mayores de edad, sin embargo no lo podrían practicar aquellas personas con bajo peso (IMC < 18), mujeres embarazadas, personas con algunos procesos agudos de enfermedad (hipertiroidismo), y procesos de salud mental sin tratamiento.
Llevamos a cabo talleres abiertos a cualquier persona que quiera obtener los beneficios de la práctica del Ayuno Prolongado.
Los talleres se realizan con una periodicidad trimestral, la duración de los talleres es entre 48-72 horas.